domingo, 19 de junio de 2016



EL GRUPO LITERARIO “TINTAVIVA” DE CULTURAL TELEFÓNICA DE MADRID

Le invita a la presentación del libro

"MUSA DE VARIA FICCIÓN"

XXIII Premio Nacional de Poesía "Poeta Mario López"
de

ANDRÉS R. BLANCO

 Dentro del espacio “VERS.O.S. A-PALABRA 2” 

 Presentadores: Julia Gallo Sanz y el autor, miembros de “TINTAVIVA”


 Sábado 25 de junio de 2016, 19:30h

Espacio Ronda (Sala Azul), C/ Ronda de Segovia, 50 - Madrid 28005
(M) Puerta de Toledo - Autobuses 3, 23, 35, 41, 148, C1 y C2



lunes, 30 de mayo de 2016


Recital de poesía del 23 de mayo de 2016

"DESASOSIEGO Y LUZ"

por

RODRIGO RUBIO DE LA FUENTE

Dentro del espacio “VERS.O.S. A-PALABRA 2”
organizado por el GRUPO LITERARIO TINTAVIVA

Colabora en la lectura de poemas, Alicia Rodríguez Martínez 


Rodrigo Rubio de la Fuente


Palabras preliminares

Rodrigo Rubio de la Fuente es madrileño (1984), licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
Conocí a Rodrigo con motivo del nacimiento de la Tertulia “El Granero” de la Casa de Palencia en Madrid, que inicié y di nombre alentada por su Presidente D. José Herrero Vallejo. 
En los encuentros de cada mes fui descubriendo el decir de este poeta que exponía sus sentimientos con  desgarradora y honda sinceridad, y me emocionó su acento, me conmovió su valiente franqueza que corroboraba, corrobora, mi creencia de que escribir poesía y hacer nudismo, viene a ser lo mismo.
Cuando presenté al autor en la emblemática Casa de Palencia el 27 de noviembre de 2015, junto al profesor de Lengua y Literatura don Juan Luis Rodríguez Bravo, dije de Rodrigo que, además de prolífico, es un poeta de la desolación, un poeta intimista, cercado por la penumbra y el desencanto, que escribe desde la convulsión y un constante buceo interno, a veces contracorriente, a veces iluminado, pero en perpetua búsqueda de la luz.  Mantengo lo dicho, añadiendo además que la soledad, el miedo, la pérdida de un particular paraíso, el abismo del propio confín, la sensación de estar medio vivo-medio muerto, no comprender el mundo…, son sacudidas que agitan su poesía hasta hacérnosla llegar como  afilados fragmentos de un espejo.
A pesar de su corta trayectoria poética, tiene publicados los poemarios LA ESPIRAL DEL ABSURDO y DE LA TINIEBLA HASTA LA LUZ (2015) y ha conseguido los premios: Certamen Poético “Julián M. Carrasco”, convocado por el Ayuntamiento de Béjar,    y el VIII Certamen de Poesía Joven “Florencio Quintero”, de Sevilla. En su blog   www.fondodevidadifuminado.blogspot.com  encontrareis sus poemas.
Si Víctor Hugo dijo: “El poeta es un mundo encerrado en un hombre”, no creo equivocarme mucho al decir que esta aseveración retrata la personalidad del poeta que esta tarde tenemos el placer de escuchar: Rodrigo lleva todo su mundo poético como se lleva a sí mismo.
No puedo dejar de decir que este autor también lleva el gen de la escritura en su esencia, Virgilio Rubio López, su padre, es un interesante prosista como demuestra su galardonada novela  ALBORADA Y OCASO e igualmente sus numerosos relatos. Benditas herencias, yo celebro la de mi padre, que nació con el don del verso incrustado en su discernimiento.

Por un imperativo no he podido estar en el recital de este poeta invitado a nuestro espacio poético “Tintaviva” de Cultural Telefónica de Madrid, y presentarlo con parecidas palabras previas, como estaba previsto.
Desde estos renglones, Rodrigo, aplaudo tu afán poético y tu poesía, y celebro que estés hoy aquí con nosotros.

                  Julia Gallo Sanz



Alicia Rodríguez Martínez y Rodrigo Rubio



Presentación


El blog de poesía de Rodrigo Rubio, cuyo título, “Fondo de vida difuminado”, coincide con uno de los apartados de su primer libro, es un blog en el que va dejando caer de vez en cuando las hojas de su sensibilidad vital en forma de poemas. Si digo que va dejando caer las hojas, imagen tan otoñal, es precisamente porque su poesía, al menos la mayor parte de la que conozco, tiene ese aire de melancolía, nostalgia, de tonos ocres y desesperanzados que preludian la llegada del invierno, no por una cuestión de edad, sino de sentimiento ante la vida. Dice uno de sus poemas:

“Somos ríos que fluyen a solas,
sin tregua para nuestro oficio solitario:
conducirnos de la mejor manera posible,
sorteando saltos, estrecheces y virajes,
arrastrando el caudal de nuestros años,
al encuentro con el mar de la muerte unánime”. 

Y es este un tono que abunda en sus composiciones.

Si tuviera que definir con una palabra la poesía de Rodrigo Rubio usaría “lirismo”. Dice el diccionario de la RAE que la lírica es, en la acepción que nos concierne, un “Género literario, generalmente en verso, que trata de comunicar mediante el ritmo e imágenes los sentimientos o emociones íntimas del autor.” Comunicar los sentimientos o emociones íntimas del autor, eso es exactamente lo que hace Rodrigo en sus versos, dar rienda suelta al flujo de su corazón después de haber recibido a través de la mirada de su particular experiencia el paisaje del mundo y de la vida. Un flujo con frecuencia turbio y sin definición de recorrido:

“Y así camino por los días,
sin mirar al suelo pero tampoco al cielo,
sin oscuridad pero sin luz, sin tormento
pero sin un dios en que apoyarme.”

dice en su poema Mundo sin sostén. O también en el titulado A contraluz:

“Sin embargo hay una sed extraña
que no se sacia por mucho que la abastezca;
un anhelo que no se colma
a pesar de que logre todo lo que pretendo.”

El caso es que no se sabe muy bien a qué obedece esta persistente insatisfacción, ya que no se encuentran datos en sus poemas que lo justifiquen. Llega a decir “No es sino miedo la vida/ y sólo en la precariedad/ es posible vivir.”

Quizá por aquí es por donde pueda encontrarse alguna razón de esa mirada, digamos, poco positiva. La precariedad de la que habla es la misma con la que muchos jóvenes de hoy –como él– tienen que convivir. No invita nuestro entorno social, ambiental, profesional (no diré ya político) a tener seguridades. Y la falta de apoyo y de referencias puede dar lugar a que queden en suspenso las actitudes y determinaciones que conduzcan a un camino delimitado y a un horizonte deseable. Pero sí que hay un punto de apoyo, un refugio continuo en este desencanto lírico de Rodrigo Rubio:

“Sólo me queda mi cuaderno
y decantar el pensamiento en el contenido
de unos versos que escribo con tal constancia
que mi vida ya no es más que vida
de un hombre que escribe poemas.”

Y aunque estos versos pertenezcan a un poema titulado Libro triste, ese cuaderno en el que escribe –o sea: el desarrollo de su labor poética–, es un pozo iluminador en el que va dejando sus oscuridades para que, poco a poco, se vayan empapando con la luz del conocimiento.



 



En sus poemas aparecen imágenes de contradicción:

“Cada noche cruzas un puente que no cruzas,
desde el que te lanzas al fondo de un río
que no hay, porque quieres matarte
pero no quieres morir.”

Imágenes incluso de desolación:

“Por eso has de ejercitarte en el arte
de mirar el tiempo con la pausa
con que lo contempla un árbol y adoptar
la naturaleza exacta de una nube
para viajar sin dueño
y con la escrupulosa forma de la nada.”

Resulta que la nada de Rodrigo Rubio no es nada “nada”. Sino que tiene un perfil muy concreto (y en ello se ejercita él) que es la búsqueda. Cada poema que escribe es una búsqueda. Y es que no se ha de olvidar que Rodrigo es joven, es un poeta muy joven, y es
–entre otrascaracterística propia de la juventud la de la contradicción (que con toda probabilidad se solucionará en certezas), por un lado, y la de la búsqueda, por otro.

El sujeto poético de los versos de Rodrigo transita en esa búsqueda a través del verso libre, algo prosaico en ocasiones, pero preciso en el mensaje, idea, sentimiento o sensación que intenta trasmitir, con un vocabulario amplio pero perfectamente accesible:

 “¿Con qué tormentos habré de sufragar
esta hermosa mañana?
A buen seguro que con poderoso rigor
habré de bascular en el sentido opuesto
a la dicha
por el resplandor de este cielo.”

El poeta es consciente de la belleza de la vida pero presiente que esa plenitud se volverá oscuridad. Además de esa impronta personal e íntima hacia el desencanto, también el peso de la realidad presiona para que los versos de Rodrigo se tiñan de gris. Entonces se trasluce la denuncia, el desacuerdo  en sus poemas con esa realidad que le circunda, como en el que lleva por título Ser alguien en la vida:
 
“Pasados los años puedo contarte
que nosotros terminamos la carrera…/.../
El más afortunado de todos/ ya ha encontrado trabajo/
de dependiente en una tienda”.

O en el titulado La ciudad:

“¿Dónde termina ahora esta ciudad
que gana al campo más terreno cada vez
para nuevos barrios de edificios altos y autopistas?.../…/
No me abre ya las puertas la ciudad
en la que de joven
llegué a ser dichoso plenamente”.

O en este otro pleno de crítica social y autocrítica sincera:

“Los pobres apestan y apestan.
Apestan a un hedor de cuerpo desaseado,
secuela de la falta de casa, agua corriente
o mudas para cambiarse.
Pero también apestan, desasosiegan y desagradan
a nuestra mente de ciudadanos acomodados
o que al menos van tirando,
pues ésta intenta no ver lo que nos duele,
lo que nos incomoda.”

Tengo que señalar también que, aunque en menor medida, aparecen en su poesía aspectos positivos que tienen que ver con la infancia, la amistad, la familia o el amor.



Alicia Rodríguez Martínez, Rodrigo Rubio y Andrés R. Blanco

 


Cito ahora unos versos que me han gustado especialmente y que creo contienen el espíritu que me ha parecido encontrar –según les he dicho– en la poesía de Rodrigo Rubio:

“Escribo estas letras desde una playa vacía,
abandonada ya
                          a la suerte del otoño;
una playa que tiene algo de cine clausurado,
en el que ya se proyectaron las escenas
aquí rodadas.”

Pues bien, porque la búsqueda siempre da fruto, ya sea porque se encuentra lo que se busca o por eso tan repetido de que el fruto consiste en la misma búsqueda, el camino que se recorre, –que se escribe , en este caso– yo le pido a Rodrigo Rubio de la Fuente que siga rodando con su mirada las películas de la vida, de su vida y que tampoco deje de hacer rodar la punta del lápiz sobre su cuaderno en busca, sí, de la luz.

Creo que la lectura de hoy va a consistir en dos partes diferenciadas que corresponden al título del recital: “Desasosiego y luz”. En la primera se abordarán temas y tonos como los que he comentado. Y en la segunda, con la colaboración de Alicia Rodríguez Martínez, veremos  los contrastes entre la tienebla y la luz.

Y ya le doy la palabra para que, parafraseando unos versos suyos, use “la posibilidad de dejar su huella en el almanaque de esta tarde poética”.  Gracias.

 Andrés R. Blanco



Rodrigo comienza su lectura


Poemas de Rodrigo Rubio:


DESPUÉS HABRÁ LA NOCHE

Al regresar a casa, escuchar el rumor
de la luz en fuga
y de las voces suspendidas en el aire,
mansedumbre jubilosa de la vida cotidiana.
Participar en soledad del bullicio de las calles llenas
a sabiendas de que después habrá la noche
y descenderá el misterio.
Extrañas siluetas cruzarán el escenario de sombras
con el sigilo de un gato
y yo me iré sintiendo cada vez más solo.
Pensaré en personas ya olvidadas
y recordaré momentos
casi alumbrados por farolas de gas.
Acabaré bebiendo
para no entrar en las sábanas frías
y la luz de mi habitación será un faro
al que alguien igual de solo
levantará los ojos para guiarse en la noche.


FONDO DE VIDA DIFUMINADO

Soy, más que todo aquello que he sido,
todo aquello que no he sido.
Soy, también, pensamientos que no tengo,
emociones que me faltan.

Echo raíces en terrenos yermos,
a sabiendas de que allí nada crece.
Porque mi vida consiste en ver
cómo se me escapa la vida,
puñado de arena entre las manos.

Manera tímida de vivir, ésta:
pensar la vida, soñar la vida,
querer vivirla
                  pero sólo de noche,
al soñar asomado a la ventana.
De día sólo quiero que llegue la noche
para querer vivir la vida
al soñar asomado a la ventana.

Nostalgia de todo lo no vivido,
nostalgia de todo lo que no viviré.
Las cosas apenas son
                 y ya han desaparecido.
Tantas caras, tantos lugares,
fugaces, apenas entrevistos…
Cada día es una vieja estación abandonada
en la que el tren no para, tan sólo estas líneas
que escribo y que se van desvaneciendo:
retazos, jirones de ideas apenas evocadas,
palabras escritas
sobre un fondo de vida difuminado.




El público asistente sigue con atención la lectura de Rodrigo Rubio

MIRADA SIN RESIDUOS

Como si el tiempo siempre hubiera de renacer,
ayer dejé marchar el día contemplándolo,
desaprovechándolo para mejor aprovechar la vida.
Y es que aprender a ver al mirar requiere
que los años sepulten la impaciencia de la juventud.

Deslumbraba en limpidez la luz del sol
tendido en la mañana, navegando hacia su cumbre.
El viento hacía temblar los ramajes
de las palmeras y deshilachadas olas
corrían en desorden por el azul del mar invicto.

Esto era todo y era imposible necesitar más.
Qué extraña toda aquella desaforada belleza,
porción tan exigua del milagro.
El misterio de su grandeza era
que no había misterio, que su significado
era literal y que todo está siempre en su sitio,
con su luz exacta, en su orden preciso.
Sólo hay que saber ver
a las cosas mismas, sin residuos en la mirada.



Alicia, durante su lectua


HOMBRE TOMANDO NOTAS

Salgo a pasear en la noche húmeda
tras la lluvia. Que hay luna lo sé
sin alzar la vista, porque hay luna
en los charcos: en cada charco una luna.

Camino pensando en cómo las calles
tan familiares de día son tan extrañas
de noche. Tras la cristalera de un bar
veo a un hombre tomando notas,
quién sabe si acerca de un hombre
que pasea por calles mojadas…

Y yo sonrío al pensar que siempre
habrá alguien con cuaderno y bolígrafo,
sentado en el velador de un café,
mirando anónimo y distraído,
a través del cristal, cómo pasa la vida
por las calles de cualquier ciudad.


Rodrigo Rubio de la Fuente






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El acto se cerró con la entrega de un detalle al poeta, la firma de libros del autor y con el habitual intercambio de saludos e impresiones.











jueves, 12 de mayo de 2016


EL GRUPO LITERARIO “TINTAVIVA” DE CULTURAL TELEFÓNICA DE MADRID

Le invita al recital de poesía
"Desasosiego y luz"

Poeta invitado

RODRIGO RUBIO DE LA FUENTE

 Dentro del espacio “VERS.O.S. A-PALABRA 2” 

 Presentadores: Julia Gallo Sanz y Andrés R. Blanco, miembros de “TINTAVIVA”
Colabora en la lectura de poemas, Alicia Rodríguez Martínez

 Lunes 23 de mayo 2016, 18:45 h.

Salón de Actos de Cultural Telefónica de Madrid
Plaza Cristino Martos nº 1, esquina Conde Duque





martes, 3 de mayo de 2016



25 DE ABRIL DE 2016 - RECITAL DE POESÍA

"El patrimonio de la palabra"
Poeta invitada 
 
BERTHA MARÍA DÍAZ OLMOS


Dentro del espacio  “VERS.O.S. A-PALABRA 2” del Grupo Literario "Tintaviva" de Cultural Telefónica de Madrid


Bertha María Díaz Olmos en la Biblioteca Nacional



PALABRAS DE APERTURA (por Julia Gallo Sanz)
 
Buenas tardes. Gracias a todos ustedes por elegir estar esta tarde con nosotros. Deseamos que nuestra invitada, que vive en Madrid desde 1974, se sienta arropada por el calor de su presencia.

Porque hoy en “Tintaviva”, dentro del espacio “VERS.O.S. A-palabra 2”, tenemos el placer de contar con la voz de la escritora y poetisa mexicana BERTHA MARÍA DÍAZ OLMOS, que con el título “EL PATRIMONIO DE LA PALABRA”, como vía conductora de su recital, nos ofrecerá una muestra de su labor poética.

Bertha es traductora y diplomada en periodismo; fue becada por el Instituto de Cultura Hispánica; cursó estudios de arte y literatura española en la Universidad Complutense y en la Universidad de Salamanca y Fue directora de la Tertulia de Poesía de la Casa de Brasil en España (Madrid).

En 1977 publicó en México su primer poemario titulado EL AGUA INSOMNE, siguió a este libro el poemario DETRÁS DEL CORAZÓN DE MALINCHE, publicado en Madrid en 1992. Ha publicado los ensayos: “Onomástica de Pedro Páramo” (1986) en la Revista Mundo Hispánico y “La Malinche, Arquetipo Mexicano”, en Archipiélago Revista Cultural de Nuestra América” (México 2006), también en esta misma revista publicó en 2008 “Tessa, La Mujer Salvaje”.

Julia Gallo Sanz se dispone a abrir el acto



Sobre Malinche, su personaje de excepción, ha dado conferencias y recitales en el Ateneo de Madrid, Instituto de México, Embajada de España, Museo de América y Foro Solidario de Burgos.

Ha alcanzado el rango de finalista en los certámenes: Primer Concurso Internacional Cuento Breve Grupo Editorial BENMA de México, por su obra “KALOS, EIDOS Y ESCOPEO, INSTRUMENTOS PARA VER IMÁGENES BELLAS” y Concurso de Poesía VERSOS EN EL AIRE III Diversidad Literaria (Madrid 2014) por su poema “BOSONES DE HIGGS”. 

En 2015, en la Web italiana Poeti e Poesía, le fue publicado el poema “ENSUEÑO”.

Es coautora de la antología bilingüe para niños GENTE MENUDA (español-portugués); coautora II Libro de Aldravías MG/Brasil; y de la antología Poesía Bilingüe Español-Portugués (Madrid 2014).

Hablar de la escritora Bertha María Díaz Olmos, es hablar de pasión, tenacidad y esfuerzo.
De instrucción autodidacta, nuestra poetisa mexicana de esta tarde se siente influenciada por poetas y narradores como Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Juan Ramón Jiménez, José Emilio Pacheco, Juan Rulfo, Marcel Proust, Walt Whitman, Francisca Aguirre, etcétera.

Bertha define su obra como un abanico de diferentes géneros literarios, destacando su originalidad, rigor y creatividad.

En el poema a dos voces que cierra el recital, titulado “ESTIRPE TOLTECA”, Milagros Salvador prestará la suya para esta conjunción. Milagros López-Salvador Díaz, madrileña, es licenciada en Filosofía y Letras, y psicóloga; autora de dieciséis poemarios (espero no haber olvidado ninguno) y coautora de otros tantos, así como articulista, cotraductora, conferenciante y prologuista. Seleccionada para varias antologías, traducida al ruso y al chino, cuenta con prestigiosos reconocimientos como el de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros de México. En muy querida amiga por este grupo literario de Cultural Telefónica de Madrid.

Y ya, sin más demora, paso la palabra a mi compañero de “Tintaviva” Andrés R. Blanco.

          Julia Gallo Sanz





Tras la lectura del currículum de Bertha Díaz Olmos por parte de Julia Gallo Sanz, me toca a mí el honor de una presentación de su obra poética, una breve y somera presentación para darle paso a ella misma y a su palabra, que en definitiva es por lo que estamos aquí.

Para Bertha Díaz Olmos la poesía es un hálito que surge del fondo de su ser y establece una conexión entre ella misma y el universo. Una conexión que le sirve para explorar y profundizar en su propio conocimiento y en el del mundo en que se encuentra.


Varios registros componen la trama de su recorrido o evolución poética. En un primer momento sus versos adquieren un tono existencial, dudas, preguntas y acotaciones sobre la vida y nuestro papel en ella: “El sol cada día y esta oscuridad en el alma./ Las personas y lo que no entendemos,/ nuestro rumbo, esa meta, sin saber si alcanzaremos.”; o “Preguntar, razonar, pensar,/ descubrir que ya no existe la evasión,/ que somos el Atlas de nuestro propio mundo”, fragmentos ambos de su poema Nada nuevo bajo el sol.


Bertha pasa después a practicar ese ejercicio tan del poeta que es la empatía y escribe todo un poemario sobre la Malinche (seguro que nos mostrará luego un vivo perfil de este personaje histórico) metiéndose en su piel de una manera profunda e intensa: “Sin pedir permiso, sin ni siquiera intentarlo, (habla de Hernán Cortés)/ entró como al claro del bosque, como a una zambullida,/ rápido, preciso y punzante.”, trazando con esta obra un mestizaje, un puente entre las dos orillas del Atlántico que seguramente tiene que ver con su propio camino vital.
 

Verso sin forma establecida, verso libre, nacido de un ritmo interno, certero y descriptivo en el amplio uso del vocabulario y la sintaxis, es el que va usando Bertha hasta esos momentos de su trayectoria poética. Y lo digo porque la evolución sigue su curso y en su poesía más reciente, si bien lo certero y descriptivo permanece, el lenguaje se depura hasta conseguir una gran conceptualización en sus poemas, exentos estos de partículas innecesarias, como en Desnudo de mujer: Método, trazo y composición,/ naturaleza encarnada./ Sin atuendo,/ el artista transcribe/ gesto, musculatura, luz./ Femenino soplo la devuelve/ vaporosa, radiante, exacta.”
 

Como en cualquier poeta –pienso–, es “todo” –todos los temas– lo que inspira y mueve la poética de Bertha Díaz Olmos. Sentimiento, existencia, amor y erotismo, el más cercano alrededor… Pero ha cobrado importancia en su actual creación lo telúrico y la naturaleza, la física y la cosmología incluso, como en el breve poema de título Barrer el polvo (que es polvo cósmico en este caso), poema con aire de haiku japonés: “Cuando la luz resplandece,/ partículas luminosas,/ como Bosones de Higgs,/ abren pasadizos cuánticos”. Y creo también que la preocupación por el destino de nuestro planeta, una preocupación ecológica, se diría, adquiere importancia entre sus últimos argumentos.

Voy a terminar ya destacando que Bertha recurre igualmente a su acervo cultural para escribir sus versos, como en uno de sus más recientes poemas, titulado Ensueño, en el que aparecen Verdi y Beethoven, Nana Mouskouri, distintas mitologías, el sonido de un “Ave María” y el Maestro Jesús, referencias que le dan un carácter moderno y próximo, y que termina con este bello resumen vital: “Nacer flor silvestre,/ crecer rosa,/ envejecer arándano azul.”, resumen sumamente perfecto y descriptivo en su intencionalidad y del que a mí me llama especialmente la atención su última parte, “envejecer arándano azul”, por esa curiosa e interesante antítesis sugerida entre el envejecimiento y las conocidas propiedades antioxidantes del arándano, como queriendo denotar una larga y en plenitud “última edad”.

Y les dejo con el “patrimonio de palabras” de Bertha Díaz Olmos. Gracias.
                         
     
           Andrés R. Blanco







POEMAS DE BERTHA DÍAZ OLMOS


Nada nuevo bajo el sol. 1976

Mismas vanidades, mismos anhelos y el misterio de la muerte sin descubrir.
¿Cuál mundo?
El sol cada día y esta obscuridad en el alma.
Las personas y lo que no entendemos,
nuestro rumbo, esa meta, sin saber si alcanzaremos.
¿Cuál es la carrera,
en dónde está el tiempo,
y las arrugas porqué envejecen?
Preguntar, razonar, pensar,
Descubrir que ya no existe la evasión,
que somos el Atlas de nuestro propio mundo,
que debemos encorvar los hombros porque aún no conocemos el fuego divino.
¿Y dónde está el camino, con quién está la verdad?
Sólo verde por doquier y marañas e incomprensiones.
Los muros de nuestro cuerpo,
nuestros cuerpos mirando hacia adentro,
nuestros ojos sin mirar
-ni el cielo, ni el mar, ni lo pequeño-
Las moles de hierro aprisionando,
quitándole al hombre su instinto animal
-carreras sobre tierra suelta,
danzas en el aire, figuras en las nubes,
la maravilla indócil del vuelo del águila.




Las Ciudades. 1977

 
Nuestras pequeñas tragedias
nuestros inútiles dilemas
nuestra ansiedad de poquitos para pequeñitos.
Un día libre e ignorante sientes
el aire, el cielo contundente, el verde irrefutable.
La gran comunicación de tejidos
-grama, flores, tierra-
La mente se expande, deja las imágenes
se repega al fuego, a sus figuras.
Los pies quisieran volver a ser raíces.
Estática, dejas a los ojos el privilegio del reconocimiento
los ruegos a las ramas, la división al río.
Todo el enjambre que te cubre, no admite dilemas.
La tierra, sólo la tierra.




Llegó noche y juventud. (Detrás del corazón de Malinche, 1992)


Con aires de Cortés fracasado
con órdenes, reglas y el corazón atado
sometió mis ojos, mi voz
mi cuerpo que se agitaba.
Sin pedir permiso
sin ni siquiera intentarlo.
Entró como al claro del bosque
como a una zambullida
rápido, preciso y punzante.
Eran sus dominios
por derecho, por nada, por mí.
Recortó su figura en mi gruta
y la gruta engulló, tragó, rumió,
creo las imágenes, reconstruyo los hechos
edifico situaciones, poseyó los recuerdos
Jugó, condenó, absolvió, amó.
Con su presencia, con su eterna ausencia
con la inestabilidad de pensarlo
de crearlo en mi mente, en sus mentes.
Sin madejas y sin telares
confecciono sus aventuras
transcribo sus anhelos
creo en su temporalidad
custodio en mí carne, el mito.




Bertha, leyendo su poesía



En el fondo es bella esta muerte. (D.d.C.d.M. 1992)

Recubierta de cristales pequeñísimos
extiendo millares de lucecitas
desde mi habitación
al teléfono,
hasta la calle.
Transmito por telepatía
la necesidad de mi presencia
pero huérfana
me quedo sin pebetero para arder.
Así que con la noche
y las doce horas
trenzo largos cordones.
En la hora del insomnio
me dedico a rescatar mis lucecitas
de allá, de más lejos, de más nunca
para la siguiente ocasión.




Desnudo de mujer. 2012

Método, trazo y composición
naturaleza encarnada.
Sin atuendo
el artista transcribe
gesto, musculatura, luz.
Femenino soplo la devuelve
vaporosa, radiante, exacta.




Sonajero de hojalata. 2013


Mango y cascabel
retintín de prismas.
Barullo disonante
dentro de una bola perdida.




ALDABAS (Metro sintético según la tradición del Haikou y del epigrama.) 2013

neblina
rocío
que protege
senda
 infinitud.


música
siente
vibración
espacial
matemática
ejecución.


hemisferio
cerebral
femenino
sofocada
tradición
ancestral.



Ensueño. 2015

Que vuelvan aquellos días

ética, valor, lealtad.
La zona de Verdi o Beethoven
pureza y cielo azul.
Veredas de peregrinaje
con deseo y un cantar.
En un lugar del corazón
el empeño del “Saber”.
Distinguir en infantiles pupilas
ruta de navegación.
Voces
Nana Mouskouri y muchas otras.
Trozos del cielo, de eternidad, del universo
donde resuenan los confines de la mente
con aroma de miel y pan.
Donde un simple roce de manos
conmueve más que un acercamiento febril.
Y ‘saudade’ significa relatos de la niñez.
Mitología griega, egipcia, mexicana,
puertas inter-dimensionales
curiosidad y misterio.
Danzar con las azules aguas del Mar Egeo
caminar con aquellos filósofos
que dieron sentido al devenir de la humanidad.
Y que un “Ave María” nos traslade
hasta aquel desierto
en una vida paralela
junto al Maestro Jesús.
Viajar en batel diseñado por luna nueva
con ropaje azulado y rostro de infinitud.
Una vida de nieve y olas perpetuas
en un presente continuo
por el océano que no tiene memoria.
Alcanzar la estrella de noble gesto
con la aristocracia de la tarea cumplida
y el encuentro con el destino.
Nacer flor silvestre, crecer rosa, envejecer arándano azul.




Bertha Díaz Olmos finalizó su conferencia-recital con la lectura a dos voces del poema Estirpe tolteca, acompañada por Milagros Salvador e Iván Rendón (investigador de salud social) que entre fragmentos del poema imitó con la ocarina el canto de los pájaros.




Iván Rendón
Bertha Díaz Olmos y Milagros Salvador
Los tres intérpretes


El público asistente aplaudió el recital, a las lectoras y al músico.





Al término la lectura, Bertha recibió un obsequio en nombre del Grupo Literario Tintaviva de Cultural Telefónica de Madrid, que le fue entregado por Andrés R. Blanco.




Julia Gallo Sanz despidió el acto agradeciendo a Bertha Díaz Olmos su conferencia-recital, a los distintos intervinientes y al público por su asistencia.

Y nuestro agradecimiento a Javier Bueno Jiménez por su reportaje fotográfico.



























miércoles, 13 de abril de 2016


EL GRUPO LITERARIO “TINTAVIVA” DE CULTURAL TELEFÓNICA DE MADRID


Le invita al recital de poesía

"El patrimonio de la palabra"
Poeta invitada 
 
BERTHA MARÍA DÍAZ OLMOS


Dentro del espacio  “VERS.O.S. A-PALABRA 2”

Presentadores: Julia Gallo Sanz  y Andrés R. Blanco, miembros de “TINTAVIVA

En la escenificación del último poema, a dos voces, participa Milagros Salvador (escritora)

Lunes 25 de abril 2016, 18:45 h.

Salón de Actos de Cultural Telefónica de Madrid
Plaza Cristino Martos nº 1, esquina Conde Duque







CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN "EL TRAZO Y LA PALABRA"